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La paradoja de los bonos

25 octubre 2020 Categoría: Tribunas opinión

Encontramos paradojas en nuestras vidas cotidianas, en la literatura, pero también en los mercados financieros.

Como paradoja, designamos un hecho o frase que suele dar la impresión de oponerse a la verdad o contradecir el sentido común. Sin embargo, la paradoja no encierra una contradicción lógica sino que tan solo lo aparenta y, por ello, es también un excelente estímulo para la reflexión. Encontramos paradojas en nuestras vidas cotidianas, en la literatura, pero también en los mercados financieros.

¿Cómo se puede explicar la voracidad de los inversores por comprar bonos a los menores tipos de interés de la historia? Algo que hace seis años era impensable (tipos de interés negativos) es ahora una realidad diaria, que además continuará presente al menos hasta que se recuperen niveles de PIB y empleo previos a la pandemia.

Esta misma semana teníamos un ejemplo de ello. La UE realizó su primera emisión de deuda social para financiar el programa europeo de apoyo al empleo (SURE). Esta colocación se saldó con la captación del 17% de los 100.000 M€ totales que alcanzará este programa y con tipos de interés del -0,24% en el tramo a 10 años. Pero más relevante si cabe es que logró atraer una demanda récord y nunca antes vista en la historia de la zona euro: los inversores han solicitado compras por 233.000M€ ya en esta primera emisión, es decir, más del doble de lo que necesitaría la U.E. para financiar la totalidad del programa recién estrenado.

Las empresas y los gobiernos están tratando de dotarse de mayor liquidez como escudo ante el aumento de los contagios y las restricciones a la movilidad. Sin embargo, lejos de producir un incremento de los tipos de interés, esta mayor oferta de deuda coincide con menores rentabilidades exigidas por parte de los inversores. Esta aparente contradicción solamente se sostiene por el contundente apoyo que están bridando los Bancos Centrales, con un volumen de compras de activos también impensable hace apenas unos meses.

En este complejo escenario, el próximo jueves se reunirá el BCE y los motivos para nuevos estímulos monetarios se han incrementado: la inflación continúa en negativo (-0,3% interanual) y la pandemia se está acelerando, lo que conllevará un menor crecimiento económico.

Sin embargo, previsiblemente el BCE preferirá esperar a conocer la evolución de la segunda ola de contagios y las negociaciones del “Brexit” antes de tomar una decisión. Asimismo, la autoridad monetaria todavía dispone de munición suficiente a través de su programa extraordinario de compras pandémicas, ya que no ha utilizado la mitad de los 1,35 billones disponibles. Por ello, dispone de suficiente margen de maniobra hasta diciembre, momento en el cual podría anunciar una ampliación del programa en cerca de 500.000 M€ que le permita además extender el plazo de las compras hasta el final de 2021. Paradojas aparte, los Bancos Centrales seguirán tejiendo una red de seguridad en los mercados financieros y tratando de facilitar la financiación a las empresas, lo que conllevará a que el escenario de tipos de interés en mínimos se mantenga en un mundo cada vez más endeudado.

Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March

Artículo publicado en todos los periódicos del grupo Vocento.

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