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Una estrategia sectorial equilibrada para 2022

30 enero 2022 Categoría: Tribunas opinión

 

Tras un 2021 tranquilo y con resultado espectacular para las bolsas, enero comienza con la mayor corrección en dos años. Influye, y mucho, el cambio de tercio de la Fed que, teniendo en cuenta el indeseable nivel de precios actual, retira estímulos y subirá tipos en marzo. Y tampoco ayuda la temporada de resultados, positiva pero menos optimista frente a trimestres previos. Es, en definitiva, un panorama que anticipa, como preveíamos, mayores dosis de volatilidad y que obliga a insistir en un posicionamiento sectorial equilibrado de cara a los nuevos tiempos.      

En esta composición tiene un sitio de honor el sector financiero, tras más de 15 años enfrentado a un sinfín de aspectos en contra como la crisis financiera de 2008, la presión regulatoria, el desapalancamiento o la competencia de las fintech. Vemos el actual escenario de tipos de interés al alza, algo más célere de lo esperado, como una oportunidad de recalificación para el sector, que permitirá mejorar resultados a nivel de márgenes y comisiones.

También jugarán a su favor la menor necesidad de provisiones a futuro, la materialización de un ciclo macro expansivo con morosidad controlada y una atractiva valoración relativa, cotizando a un descuento superior al 30% frente al índice MSCI World. Destacamos la oportunidad que presentan los bancos europeos, con un excelente potencial de devolución de capital en los próximos dos años, en forma de dividendos y recompra de acciones propias, que supondrá en media repartir un 30% de la capitalización bursátil del sector. Hacemos notar que sólo en 2022, y por este mismo concepto, estos cuentan con una expectativa media de retorno superior al 8%.

Pedro Sastre es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March

También nos mantenemos positivos con el sector tecnológico. Somos conscientes de que en el corto plazo la tecnología perderá lustre, penalizada por el inicio de un periodo de tipos de interés al alza y tras una espectacular evolución reciente. Pero este aspecto se  compensará con el fuerte crecimiento estructural de sus beneficios, claramente superior al de sectores tradicionales, que le permitirá más que compensar el repunte de la rentabilidad esperada de los bonos.

Constatamos además que, a lo largo de la última década, los periodos de peor comportamiento relativo de las tecnológicas fueron más bien escasos y poco duraderos. Dentro del sector, creemos que las compañías fabricantes de semiconductores seguirán beneficiándose de una elevada demanda, en parte no satisfecha y derivada del desarrollo de nuevas tecnologías asociadas al negocio en la nube, inteligencia artificial o el despliegue de tecnología 5G.    

Por último, recomendamos seguir invertidos en la transición energética, proceso que demandará importantes inversiones futuras que ya totalizaron 755.000 millones de dólares en 2021, un 25% más frente a 2020. Las expectativas de demanda de electricidad se duplicarán en los próximos treinta años, crecimiento que habrá que casar con unos objetivos de neutralidad climática adoptados ya por un número de países representativos del 66% del PIB mundial. Se está cambiando la forma de consumir energía y compañías dedicadas a la automatización de procesos o eficiencia energética tienen asignado un papel relevante en el crecimiento futuro.

Mirando más allá del ciclo, y con una estrategia que busque preservar capital sin renunciar al crecimiento, la combinación de sectores con alta correlación a tipos con tendencias que trasciendan al ciclo será aprovechada, en un año que esperamos dé nuevas oportunidades.

Artículo publicado en La Vanguardia

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