Un rayo de luz
15 noviembre 2020 Categoría: Tribunas opinión
Se aplazan las perspectivas de reactivación y tendremos que esperar hasta finales de 2022 para que la zona euro, y España en particular, recuperen los niveles del PIB del año pasado.
Continuamos inmersos en un complejo escenario que frecuentemente nos hace claudicar al pesimismo. Los fríos números que vemos a diario muestran cómo la pandemia continúa empeorando y, tras el drástico aumento de las hospitalizaciones, un número creciente de países europeos se han visto abocados a nuevos confinamientos.
La maltrecha economía europea se enfrenta así a un nuevo envite y como ya pudimos constatar en la primera mitad de este año, los sectores más afectados por los confinamientos son aquellos en los que la interacción social es imprescindible y no existe margen para el teletrabajo. El comercio, la hostelería y el transporte suponen más del 20% de la actividad en las economías de Europa del Sur (en España, asciende al 24%), lo que ayuda a entender la nueva contracción prevista para la actividad de la zona euro en la última parte de este año. Con ello, una vez más se aplazan las perspectivas de reactivación y tendremos que esperar hasta finales de 2022 para que la zona euro, y España en particular, recuperen los niveles del PIB del año pasado.
A nivel empresarial las cifras conocidas en octubre tampoco han sido alentadoras. Las compañías que componen el Stoxx 600 registraron una caída de beneficios del 24% interanual en el 3T, mostrando las dificultades que atraviesa el tejido productivo de la región, y que son especialmente negativas si las comparamos con la caída del -8% registrado por las empresas estadounidenses (S&P 500).
Sin embargo, la primera quincena de noviembre trajo la luz a las bolsas europeas y a la humanidad en su conjunto. Aunque la última palabra no está dicha, el anuncio del consorcio Pfizer-BioNTech sobre los avances de su prototipo de vacuna contra el coronavirus es, sin duda, una excelente noticia que nos hace recordar cuán rápido puede cambiar el mundo una vez haya remedio. Las expectativas de aproximación al final del túnel que trajo esta noticia han favorecido el comportamiento bursátil de países y sectores que hasta ahora se habían visto más perjudicados por el aislamiento social, impulsando con fuerza las bolsas europeas, que han logrado revalorizaciones de más del 10% este mes.
El otro acontecimiento que no debemos pasar por alto es un nuevo y decidido paso en la integración europea. La Eurocámara logró finalmente acordar el marco financiero plurianual (2021-2027), un paso imprescindible para poner en marcha el fondo de recuperación que movilizará 750.000 M€ para reconstruir la economía comunitaria tras la Covid-19.
Aunque sería prematuro hablar ya de una nueva fase de subidas sostenidas para la renta variable continental por el final de la pandemia y los nuevos estímulos fiscales, nos debemos ir preparando de cara a la llegada en 2021 de los fondos previstos por la UE bajo su programa Next Generation.
Como es habitual en los proyectos europeos, los avances no serán veloces, pero los posibles retrocesos que ocurran en el camino serán también una oportunidad para posicionarse en empresas del sector industrial europeo. Empresas que pensamos estarán llamadas a capitalizar este cambio hacia modelos productivos más sostenibles, “des-carbonizados” y digitales.
Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March.
Artículo publicado en ABC