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Turno para los resultados empresariales

15 octubre 2023 Categoría: Tribunas opinión

 

Las bolsas mundiales se enfrentan a fuerzas contrapuestas. Por el lado positivo, el crecimiento mundial aguanta por la fortaleza del consumo, impulsando a la renta variable; por otro lado, los mensajes de los Bancos Centrales refuerzan un escenario de tipos de interés altos durante más tiempo, lo que terminará pesando en la actividad y en las valoraciones de las bolsas.

Aunque es innegable el poder de la política monetaria en los mercados financieros, en la segunda mitad de octubre el foco de las bolsas girará hacia los resultados empresariales del tercer trimestre: durante las dos próximas semanas conoceremos los números de más de la mitad de las compañías del S&P 500 y también se dará el pistoletazo de salida aquí en Europa.

Las expectativas han mejorado, sobre todo en Estados Unidos, donde se espera que ya en esta temporada de publicaciones de resultados vuelvan los números verdes. En concreto, tras tres trimestres de deterioro, el consenso de analistas apunta a un avance del +1,3% de los beneficios del S&P 500, que si excluyéramos el sector energético —afectado por la desfavorable comparativa de los precios del crudo y gas— ascendería hasta el +6,2%. Por su parte, menos halagüeñas son las expectativas para las empresas europeas donde se anticipa la mayor caída de sus beneficios desde 2020, con un retroceso del -11,4% interanual para el Stoxx 600 (ex – energía, avanzarían un +1,6%).

Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March

Además, si alzamos la mirada, las estimaciones de beneficios para el próximo año son aún más exigentes al anticipar aumentos por encima del +10% a nivel global. Unas tasas elevadas, que no concuerdan con una economía que, en 2024, crecerá a ritmos inferiores a la media y con unas empresas que se enfrentan a una mayor carga financiera.

En este contexto, más importante que los beneficios reales que se publiquen, las miradas deberían centrarse en las indicaciones que marquen las empresas de cara al futuro, unas guías que tendrán que ser sólidas para que se puedan sostener las valoraciones actuales y también confirmar que ha llegado el punto de inflexión en el crecimiento de los beneficios empresariales.

Una economía en desaceleración, unos beneficios esperados demasiado optimistas para el año que viene y unas valoraciones en torno al promedio histórico nos hacen permanecer prudentes y exigentes con los niveles para aumentar la exposición a renta variable. De todas formas, como el pasado nos ha enseñado, los suelos en las caídas de las bolsas llegan antes que los mínimos de los beneficios (en promedio entre uno y dos trimestres) y por ello vemos las posibles correcciones como oportunidades para incrementar exposición con un mayor margen de seguridad.

Artículo publicado en ABC

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