Noticias

Comienza el contenido principal

Sí a la tecnología en 2023, pero de forma selectiva

29 enero 2023 Categoría: Tribunas opinión

 

Hacía tiempo que la temporada de resultados no levantaba tanta expectación, y no porque las previsiones apunten a la primera caída interanual de beneficios en tres años. Tras un annus horribilis para las cotizaciones del sector tecnológico en 2022, con caídas de hasta el 65% en el caso de Meta, el mercado asiste con atención a las proyecciones de beneficios de las grandes compañías, dentro de un tono de optimismo cauteloso en este comienzo de año.

Cauteloso porque todo apunta a que el boom del gasto tecnológico asociado a la llegada de la pandemia se agota, aunque sólo a medias. Es un hecho la ralentización de la economía y el descenso en los presupuestos de inversión empresarial asociado al mundo de las tecnologías de la información. Llegue o no la recesión, las empresas invertirán menos a corto plazo. Las miras están puestas, no obstante, más allá, y aspectos como la millonaria apuesta de inversión en inteligencia artificial, anunciada por Microsoft, nos avisan de que las mega caps toman posiciones de cara a una nueva revolución tecnológica.

Pedro Sastre es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March

En cualquier caso, los avisos de ralentización en negocios clave para las tecnológicas llegaban ya desde el año pasado. Así, al anuncio de menores ventas en el negocio de PCs y el acusado descenso visto en el negocio de chips, se unen otras tendencias más recientes como los avisos de menores partidas de gasto publicitario y la ralentización en el negocio estrella, el de computación en la nube, que hacían saltar las alarmas en un sector que debía poner en marcha medidas que convencieran al mercado.  

En este sentido, y teniendo en cuenta una expectativa de crecimiento en ingresos de las cinco grandes —Amazon, Google, Microsoft, Meta y Apple— inferior al 10% este año, frente a los avances del 30% de hace tres, se han anunciado medidas de protección de márgenes en forma de despidos, sin saber si serán suficientes. Cabe así recordar como las cinco magníficas duplicaban plantilla en el último lustro —Amazon lo hizo en menos de dos años, Meta en cuatro y Google en los últimos cinco—, hasta dos millones de trabajadores, en contraste con el anuncio reciente de 50.000 despidos, equivalente a sólo un 2,5% de la plantilla total.

De momento, y en lo que concierne a las cotizaciones, nos preguntamos, por un lado, cuál será el grado de resiliencia de estas en un entorno como el actual, de desaceleración económica todavía modesta. Y por el otro, si hay nichos de actividad sectorial ya en mínimos de ciclo, creando las condiciones para que llegue el rebote más adelante en el año.

¿Es el fin de ciclo en el gasto tecnológico o sólo una pausa en el camino? La tecnología afronta el año 2023 con un escenario de tipos más benigno, incluyendo la tendencia a la estabilización en tipos largos, que unido a las correcciones pronostican un mejor comportamiento bursátil en 2023. Siendo más precisos, somos positivos con el subsector del software, con niveles de crecimiento esperado cercanos al 10%, frente a las dudas que suscita la tecnología más cíclica de semiconductores y hardware. La reciente demanda de EE.UU. a Google por monopolio, por otro lado, nos recuerda el entorno regulatorio hostil al que se enfrentan las grandes tecnológicas. Un entorno que pronostica un año de inversión altamente selectiva en el sector. 

Artículo publicado en La Vanguardia

Fin del contenido principal

.