Sell in May and go Away?
12 mayo 2024 Categoría: Tribunas opinión
Un gran dicho que tiene más de mito que de realidad
Desde hace mucho tiempo existe la creencia de que mayo es un momento idóneo para tomar beneficios en bolsa y que cuando uno debe estar invertido es entre noviembre y abril. El origen de esta idea parte del dicho “sell in May, go away, and come back on St Leger´s day”, aludiendo a las ventas que realizaban los banqueros ingleses que tradicionalmente abandonaban Londres y se iban al campo en los meses más calurosos hasta St. Leger, a mediados de septiembre, cuando se celebra la British Triple Crown, el tradicional torneo de caballos. Con el tiempo, los operadores de la bolsa de Nueva York también adoptaron esta creencia, ya que les venía muy bien evitar tener que controlar sus posiciones a distancia en mayo, justo cuando suelen marcharse de vacaciones alrededor del Memorial Day.
Sin embargo, en el mercado norteamericano se trata más de un dicho que de una realidad. Aunque la rentabilidad histórica promedio entre el 1 de noviembre y finales de abril ha sido bastante más alta (+6,6%), aplicando el “sell in may” y estando 6 meses fuera del mercado, el inversor habría renunciado a una rentabilidad positiva del +2,3%.
Joan Bonet es Director de Estrategia de Mercados y Asesoramiento de Banca March
Lo que sí habría podido evitar un inversor que hubiera aplicado el dicho a rajatabla son los meses especialmente volátiles, como septiembre, o alguno de los crashes que, históricamente, se han producido en octubre. Pero la causalidad es realmente baja ya que, vendiendo en mayo, el mercado tan sólo ha caído en un 22% de las ocasiones frente al 28% del otro periodo.
Por contra, en Europa el sell in may sí ha funcionado. La estrategia de vender en mayo permitió evitar una caída promedio del -1,1%, frente al +7,8% que se generó permaneciendo en el mercado desde noviembre hasta abril.
Más allá de dichos y estacionalidades, es importante considerar que la economía global se encamina hacia un aterrizaje suave gracias a la resiliencia del mercado laboral, que da soporte al consumo. Un entorno en el consideramos que hay que focalizar la estrategia de inversión tratando de ganar ciclicidad, rotando hacia algunos de los segmentos que más retrasados se han quedado, como las medianas compañías europeas o el mercado chino.
En el corto plazo, aunque el mercado es vulnerable a correcciones tácticas después de haber disfrutado del cuarto mejor arranque de las últimas tres décadas, conviene tener en cuenta que los años que bien comienzan mejor suelen terminar.
Salvo en el “lunes negro de 1987” y la crisis de deuda soberana de la eurozona de 2012, siempre que la bolsa arranca el ejercicio en primer cuartil —con un retorno superior al 7%—, el buen comportamiento prosigue, aunque más atenuado.
Si durante las próximas semanas el mercado toma aire fresco y experimenta una corrección técnica, aprovecharemos para seguir ganando exposición a riesgo e incrementar todavía más la ciclicidad de cara al aterrizaje suave de la economía. Como los británicos hacen en las carreras de St. Leger del hipódromo de Doncaster, apuesten por ello.