La Gran Reapertura llega a China
22 enero 2023 Categoría: Tribunas opinión
China se despide oficialmente del “nefasto” año del Tigre y da comienzo a su Nuevo Año Lunar bajo el signo del Conejo, animal que representa la longevidad, la paz y la prosperidad. Todas ellas, características esperanzadoras y necesarias en un momento en el que el país trata de sobreponerse a una de sus mayores crisis económicas.
Las cifras continúan dejando más sombras que luces y en 2022 el PIB creció a su ritmo más bajo desde 1976: un mero 3% (si no se tiene en cuenta el año de la pandemia, cuando avanzó un 2,2%). Pero es que, además, el año pasado fue el primero en seis décadas en que la población se redujo, algo que no ocurría desde la Gran Hambruna de 1961. Según las cifras oficiales, China cerró el año pasado con 1.410 millones de habitantes, 850.000 menos que en 2021, datos que muestran que la caída de la población se está produciendo más rápido de lo anticipado. A ello se une un factor que frenará el potencial de crecimiento a largo plazo: la fuerza laboral (personas en edad de trabajar) descendió al 62% de la población, lejos del 70% que registraba 10 años atrás.
A pesar de estas malas noticias, no debemos subestimar la capacidad de recuperación del gigante asiático. Desde finales del año pasado, las autoridades han acelerado sus estímulos al mercado inmobiliario, pero, sobre todo, han dado un giro de 180 grados en la estrategia de combate a la pandemia: este mes ha desaparecido la política de Covid cero y todas sus agresivas restricciones, que se estiman han costado 4,7% del PIB estos últimos tres años.
Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
Este drástico cambio provoca una elevada incertidumbre sobre cómo evolucionará la pandemia en el país, dado el menor nivel de inmunización de la población de riesgo (mayores de 80 años) y el uso casi en exclusiva de la vacuna de Sinovac (menos efectiva), pero también es cierto que una mayor movilidad actuará de revulsivo para el crecimiento y, en particular, para el importante sector turístico que antes de la pandemia pesaba más del 10% del PIB.
Como muestra, solamente en los primeros 11 días de las actuales festividades del Año Nuevo Lunar, el tráfico de pasajeros se ha incrementado un 45% frente al año pasado y se estima que para el conjunto del periodo festivo se registren 2.100 millones de desplazamientos, lo que significaría alcanzar el 70% de los niveles habituales previos a la pandemia.
Lo peor comienza a quedar atrás y, aunque con dos años de retraso, la Gran Reapertura llega también a China. Como hemos visto en otras economías occidentales, tras el levantamiento de las restricciones de movilidad, los turistas volverán a viajar y los consumidores a gastar.
En este contexto, esperamos un salto en el ritmo de crecimiento de China, cuyo PIB avanzaría este año a tasas cercanas al 5% y, además, provocará un efecto de arrastre sobre otras economías asiáticas: antes de la pandemia, China aglutinó el 20% del gasto turístico y fue el mayor mercado emisor de turistas del mundo con 155 millones de viajeros según el Banco Mundial, de los cuales el 68% viajaba a otras economías asiáticas, en particular a Tailandia, Vietnam, Corea del Sur y Japón.
Artículo publicado en ABC.