Gobernar es rectificar
25 abril 2022 Categoría: Tribunas opinión
Los vientos en contra se han intensificado y China se enfrenta a su mayor desafío desde la aparición de la pandemia a finales de 2019. La que fue uno de los motores del crecimiento mundial al lograr ser la primera economía en contener la pandemia y recuperar los niveles de PIB previos a la crisis, presenta ahora serios riesgos.
Aunque el deterioro económico se ha intensificado este mes, la desaceleración comenzó el año pasado, cuando las autoridades chinas trataron de implementar un aterrizaje suave, pero sobre todo, frenar los desequilibrios del sector inmobiliario restringiendo el crédito. Por otro lado, y en aras de la búsqueda de la “prosperidad común”, elevaron la vigilancia regulatoria en sectores como la enseñanza a distancia o el ocio por internet. La tercera vía de actuación fue su política de tolerancia cero con la Covid, aplicando confinamientos y test masivos para contener el virus frente al cambio de estrategia que la gran mayoría de países han implementado a nivel global.
Sin embargo, este conjunto de políticas están ahora en tela de juicio. A pesar del positivo avance del PIB en el 1T (+4,8%), el fuerte deterioro del consumo en marzo anticipa una clara pérdida de dinamismo. Los brotes de Ómicron y el confinamiento de Shanghái dificultarán el cumplimiento del objetivo de crecimiento del +5,5% que se han marcado las autoridades para este 2022 y el golpe para la economía será especialmente duro este segundo trimestre.
Ante estas perspectivas, el presidente Xi ha preferido aplicar la sabia máxima de Confuncio de que para gobernar hay que saber rectificar. En las últimas jornadas hemos visto como se han comenzado a aplicar cambios y las autoridades han reducido el tiempo de cuarentena, establecieron listas de empresas que podían funcionar en un modelo de “circuito cerrado” y han implementado un sistema nacional que permita circular a los transportistas con un test negativo.
Paulo Gonçalves, Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
Pensamos que estas medidas, una vez los contagios comiencen a remitir, se combinarán con la aceleración de estímulos. Por el lado fiscal, esperamos un incremento del gasto en infraestructuras y también rebajas de impuestos a empresas y familias. Además, el Banco Central efectuaría nuevos recortes del coeficiente de reservas y de los tipos oficiales. Estas medidas deberían permitir una reactivación a lo largo del segundo semestre, en un momento en cual el Partido Comunista tiene previsto “abordar la continuidad” de Xi Jinping al frente del país (octubre).
Aunque con un incremento de los riesgos a la baja, pensamos que se mantiene el escenario de un año de menos a más en términos de crecimiento económico de China. En cuanto a las bolsas, hasta que se confirme una respuesta más decidida por parte de las autoridades en forma de estímulos, lo más adecuado es mantener cierta cautela y no precipitarse. Las oportunidades llegarán y tras el mal comportamiento que han tenido la valoración relativa es ahora más atractiva (el MSCI China cotiza con un descuento del 37% frente al agregado de las bolsas mundiales y del 11% frente a las emergentes). Un factor que jugará a favor, si como esperamos las medidas de estímulo de los próximos meses permiten disipar las dudas sobre su reactivación.
Artículo publicado en ABC.