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Fase crucial en la lucha contra la inflación

17 marzo 2024 Categoría: Tribunas opinión

La Reserva Federal y el Banco Central Europeo van camino de derrotar a la inflación, pero por el trayecto les aguardan decisiones difíciles. Y es que, como ya anticipábamos hace meses, el último tramo del proceso de “normalización” de la inflación va lento y con más obstáculos de lo previsto. Los datos de precios más recientes así lo atestiguan y ya no sorprenden a la baja, confirmando que el tramo final de moderación de los precios, en pos de los objetivos de los Bancos Centrales, será muy gradual y con baches en el camino.  

Prueba de ello es la evolución del deflactor subyacente del consumo personal en Estados Unidos, el indicador preferido de la Fed. En su lectura interanual de enero, tanto el dato general como el subyacente moderaron su tendencia hasta un +2,4% y +2,8%, respectivamente.

Sin embargo, medido en términos intermensuales, el dato subyacente saltó hasta un +0,4%, que puede obedecer a peculiaridades propias de ese mes, pero que supuso una tasa anualizada del +5,2%, muy lejos aún del objetivo del 2%. Así se constata cómo la tendencia de moderación de la inflación ha cambiado, ahora ya no es lineal y confirma esa resistencia a situarse de forma sostenida por debajo de los niveles objetivo.

También en EE.UU., presentaba luces y sombras el dato de IPC general, con una lectura general que se aceleraba en una décima en febrero, hasta el +3,2% interanual, con un menor efecto favorable de la comparativa de los precios de la energía frente a la continuidad en el freno del precio de los alimentos y un segundo mes “deflacionista” en bienes.

Mientras, la tasa subyacente se moderó una décima hasta el +3,8% interanual, ya muy lejos de los máximos del +6,6% en septiembre de 2022. Los servicios, sin embargo, siguen empujando con fuerza al alza la inflación, +5,2% interanual, contribuyendo por sí solo con 3 puntos porcentuales a la inflación. O lo que es igual, sólo este componente explicó el 96% del crecimiento de los precios.

En la eurozona la tendencia no es en exceso diferente. El dato de IPC subyacente cayó en febrero hasta el +3,1% interanual, lo que supuso mínimos de casi dos años, pero todavía lejos del objetivo. Este comportamiento se explicó, al igual que en el caso estadounidense, porque los precios de los bienes siguieron con una desinflación rápida, pero los de los servicios se resisten a frenarse por efectos de segunda ronda en márgenes y salarios.

Aspectos encontrados, en definitiva, que nos hacen pensar que la moderación de la inflación continuará, pero sin ver cumplidos hasta 2025 los objetivos del 2% de los Bancos Centrales. A tenor de las declaraciones de Powell y Lagarde, se da ya por hecho que los tipos oficiales bajarán en 2024 –en la eurozona podría comenzar en junio– pero con una intensidad menor y mucho menos célere de lo barajado hace tan solo unos pocos meses.

Será esta una decisión difícil –lo veremos con la Fed la semana que viene–, que implica asegurarse que el control definitivo de precios no haya sido un espejismo mientras se alcanza el ansiado aterrizaje sin sobresaltos de la economía. En definitiva, unas medidas que desemboquen en unos niveles de tipos lo más neutros posibles, sin estimular o dificultar la evolución del crecimiento y los precios. Será un nivel óptimo difícil de predecir pero que seguro no supondrá volver a niveles mínimos recientes del pasado.

Artículo publicado en La Vanguardia.

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