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Europa une esfuerzos y los mercados lo premian

07 junio 2020 Categoría: Tribunas opinión

A finales de mayo, la Comisión Europea anunciaba el borrador del Programa de Reconstrucción, que incluiría un fondo de 750.000 M€.

La grave crisis sanitaria que estamos atravesando seguirá condicionando nuestro futuro próximo. El temor a posibles rebrotes continuará como telón de fondo, pero con la obligada cautela para evitar riesgos innecesarios, saldremos a escena, e iremos recuperando nuestras vidas cotidianas.

Europa es sin duda una de las regiones más castigadas por esta crisis sanitaria, pero la buena noticia es que, en esta ocasión, las instituciones europeas han salido a escena y todo apunta a que no habrá titubeos. Si a finales de mayo, la Comisión Europea anunciaba el borrador del Programa de Reconstrucción –que incluiría un fondo de 750.000 M€ (5,4% del PIB de la U.E.), y que pretende marcar un paso más hacia una mayor coordinación de las políticas fiscales dado que una elevada proporción de los fondos se desembolsaría en forma de transferencias–, en esta ocasión, el turno ha sido esta semana para el BCE, que tampoco defraudó.

La autoridad monetaria europea anunció que incrementará el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) en 600.000 M€, hasta alcanzar un volumen de 1,35 billones de euros, lo que prácticamente duplica su capacidad. Además, se prolongará el periodo de compra de activos hasta por lo menos junio de 2021. Si a ello le sumamos los demás programas activos, el arsenal disponible para compras se eleva hasta algo más de 1,7 billones de euros. Suponiendo que continúa destinando aproximadamente el 75% de las compras para adquirir deuda pública, el BCE tiene ahora la capacidad de cubrir prácticamente todas las emisiones netas previstas por los países de la región. Con ello, se teje una red de seguridad que buscará rebajar los costes de financiación tanto de los Estados como de las empresas.

Tomadas en conjunto, pensamos que las acciones adoptadas en estos dos frentes, fiscal y monetario, reflejan claramente que las instituciones europeas han querido evitar la aparición de cualquier riesgo de fragmentación, apoyando las economías más castigadas por esta pandemia. Las palabras de la propia presidenta del BCE fueron claras, y Lagarde volvió a recalcar la disposición de seguir actuando en caso de ser necesario, utilizando todas las herramientas disponibles.

Es bien conocido que el proyecto europeo sólo avanza en momentos de dificultades, como ocurrió a principios de la pasada década con la crisis de la deuda soberana. Los acontecimientos de estas últimas semanas nos permiten pensar que, poco a poco, el riesgo de hacer demasiado poco y demasiado tarde en Europa se diluye, lo que mejora las perspectivas para los activos financieros de la región.

El euro parece encaminarse hacia nuestro objetivo del 1,15 en su cruce con el dólar, la deuda periférica y el crédito corporativo europeo seguirán soportados por las compras del BCE y también se abren oportunidades en las bolsas europeas, que estaban rezagadas en la recuperación. En particular, pensamos que el sector industrial, que tiene un mayor peso dentro de los índices europeos, será uno de los beneficiados de la confirmación de la reactivación económica en la segunda mitad de este año y, por ello, debemos ir aprovechando oportunidades en posibles correcciones para rotar posiciones hacia este sector.

Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March

Artículo publicado en ABC

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