El viaje hacia una nueva Europa
05 septiembre 2021 Categoría: Tribunas opinión
Muchos se frotan las manos con la lluvia de millones que ha llegado.
La Unión Europea destinará 750.000 millones de dinero público para abordar su reconstrucción siempre que los proyectos que se presenten se orienten hacia tres pilares: sostenibilidad, digitalización y revitalización.
Entusiasma que los objetivos sean tan inspiradores, pero ¿en qué se deben fijar los inversores para poder aprovechar al máximo estos planes?
Lo primero que debemos entender es que aunque el dinero está enfocado a Europa, las ramificaciones internacionales son importantes. Por ejemplo, la Comisión Europea ambiciona que el 75% de las empresas comunitarias trabajen con sistemas en la nube en 2030 –frente al 18% actual–. Los mayores proveedores de estos sistemas son Amazon, Microsoft y Google, empresas norteamericanas que, una vez más en el mundo digital, lograrán atraer gran parte del nuevo crecimiento en este mercado.
Luis Fernando Coello es Analista de Estrategia de Mercados de Banca March
Lo segundo es que no basta con mirar al mundo cotizado. Algunas de las mejores oportunidades se encuentran en la economía real y el mercado privado. Un ejemplo es Klarna, especializada en el fraccionamiento de pagos para comercios electrónicos. La empresa sueca es una de las referencias europeas en su mercado y su negocio se verá incrementado gracias al dinero enfocado a la digitalización, sin embargo, continúa siendo una startup únicamente al alcance de los inversores institucionales. En el lado verde podríamos pensar en iniciar una planta de producción de energía limpia, uno de los negocios claramente más beneficiados por los fondos, pero nos encontraríamos con unas barreras de entrada elevadas debido a sus altos costes iniciales. Actualmente, un molino de energía eólica de última generación cuesta entre 2 y 4 millones de dólares sin contar con los gastos de transporte, instalación y terreno. Por ello, la única manera de captar todo el potencial en este espectro es encontrar vehículos de inversión profesional que se dediquen a la búsqueda de proyectos en estos segmentos.
Como inversores nos encontramos en el arranque de algo nuevo en el viejo continente y participar de los cambios desde luego va a ser arduo y retador debido a las múltiples aristas alrededor de los negocios que conseguirán capitalizar las ayudas. No obstante, estamos a punto de iniciar un camino apasionante y lleno de oportunidades. El tren hacia una nueva Europa, más verde, más digital y más competitiva, está en el andén y sería una verdadera lástima dejarlo marchar.
Artículo publicado en La Vanguardia