El rugido de China en el año del dragón
21 enero 2024 Categoría: Tribunas opinión
Se acerca ya el Año Nuevo Lunar, la festividad más importante y la más celebrada de China. Así, el 10 de febrero próximo dará paso al año del dragón, más específicamente el Dragón de Madera, poderoso símbolo de la astrología china que representa fuerza, poder y energía.
Mucho de todo esto necesitará la segunda economía mundial, tras un año 2023 en el que las expectativas de rápida recuperación económica y bursátil, con el fin de su política de Covid-0, no se cumplieron. Y es que, aunque China cerró el ejercicio precedente con un crecimiento del +5,2%, por encima del objetivo oficial, se encuentra lejos del +6% promediado en la década previa a la aparición de la pandemia, y a años luz del +10,5% acaecido entre 1991 y 2011.
Los problemas que acechan al gigante asiático siguen latentes y a un triple nivel. En primer lugar, una crisis inmobiliaria con visos de continuar si atendemos a los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas del país. Por un lado, las ventas de viviendas nuevas cayeron un 7,3% interanual en el período enero-noviembre, amenazando con repetir historias de dificultades financieras como la del promotor Country Garden. El indicador relativo a los precios de la vivienda nueva, por otra parte, cae a ritmos del -23% interanual, en mínimos de casi nueve años. Son datos que confirman como, lejos de tocar fondo, la crisis inmobiliaria se recrudece.
Pedro Sastre es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
En segundo lugar, el constante incremento de los niveles de deuda y su liderazgo en la contribución al endeudamiento global. Como muestra la ratio de apalancamiento macro, que expresa la deuda total del sistema como porcentaje de PIB, que alcanzaba una cifra récord del 286% en el cuarto trimestre. Esta estuvo liderada por la deuda de sectores no financieros (167,3%), seguida a distancia por hogares (63,5%) y gobierno (55,3%). Aspecto que ha llevado a agencias de rating como Moody´s a rebajar la previsión de la calificación crediticia del país, desde estable a negativa, aunque manteniendo su cómoda posición en grado de inversión en A1.
La crisis demográfica es el tercer gran desafío del país. En 2023 se registraron once millones de decesos frente a nueve millones de nacimientos, para una población total de 1.400 millones al cierre de año. China cuenta además con una tasa total de fertilidad de 1,09 nacimientos por mujer, mínimo histórico y más baja incluso que la ofrecida por la envejecida Japón.
Históricamente, el año del dragón reflejaba un aumento en los nacimientos en el país, en un intento de los futuros padres por sincronizar los nacimientos de sus hijos con un signo zodiacal muy favorable. Los progresos de China en el terreno económico, tecnológico y social son más que evidentes en las últimas décadas, pero los desafíos con los que el país encara el inicio de 2024 son igualmente colosales.
La proyección para China de organismos como el Banco Mundial, con un crecimiento en 2024 estimado del +4,5%, hace más necesario que nunca un rugido de buenos augurios, en forma de estímulos, para que el país retome el brío económico y de mercados de antaño, con unas bolsas cuyas valoraciones cotizan a un múltiplo de 8,6 veces/beneficio, en mínimos de 2015.
Artículo publicado en La Vanguardia.