El primer test
05 julio 2020 Categoría: Tribunas opinión
Tras el fuerte rebote de las bolsas de las últimas semanas, llega el primer test del coronavirus.
Tras varias semanas de prometedora desescalada del Gran Confinamiento, comienzan a aparecer rebrotes de coronavirus. En algunos estados de Norteamérica, como Florida, los contagios han aumentado un 110% en el último mes, en Texas un 80% y en California un 47%. Mientras que en Europa la reaparición del virus parece más controlada, sorprende la drástica decisión de regresar a la fase II en la ciudad de Pekín, ya que no se corresponde con el aparente deterioro de los “datos oficiales”: ¿cerrar escuelas y restringir movimientos cuando apenas se contabilizan 350 casos? Después de los duros momentos vividos, es normal que nos sobresaltemos con cada señal de alarma. Máxime, cuando la pesadilla, que ha matado a más de medio millón de personas, se inició en Wuhan, un lugar del que ni habíamos oído hablar.
Parece que no será necesario esperar a la temida “segunda oleada” de octubre y que, con el incremento de contagios, durante los próximos días nos enfrentaremos al primer gran test para la economía y los mercados. Mientras que en los países que ya habían desescalado comienzan los rebrotes, convine no olvidar que el virus ha permanecido en algunos emergentes, que todavía no han sido capaces de controlarlo: Brasil (con una situación agravada por la mala gestión de su gobierno que ha ocasionado la segunda mayor mortalidad del mundo), la India, por sus pobres condiciones sanitarias y elevada densidad de población, Méjico, Chile, Paquistán…
Aunque no se debe volver a menospreciar la capacidad de propagación de este coronavirus, causante de la mayor contracción económica desde hace casi un siglo, ¿es razonable pensar que la reapertura se producirá sin rebrotes?
No, ya que, indudablemente, la mayor capacidad de movimiento y de interacción entre humanos, siempre aumentará la posibilidad de contagiarse. De todas formas, los mecanismos de prevención y medios para combatirlo ahora son mejores. Se ha aprendido mucho, el virus ya no nos coge desprevenidos, tratamientos como la dexametasona (anunciado esta semana) ayudarán en la lucha contra la enfermedad mientras llega la vacuna, limitando los rebrotes y propiciando que las nuevas medidas de aislamiento sean muy específicas y únicamente centradas en los focos de rebrote. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que los test que ahora se practican han aumentado significativamente: en el último mes un 40% en Florida y California y hasta un 150% en Arizona, por lo que, por más controlado que esté el virus, siempre incrementa los “contagiados oficiales”.
Tras el fuerte rebote de las bolsas de las últimas semanas, llega el primer test del coronavirus. Puede parecer que los mercados descuentan una recuperación en “V” de la economía que, difícilmente se va a producir, pero no es del todo cierto: las subidas se han centrado únicamente en tecnología y salud y, el resto de sectores cíclicos, han quedado olvidados. Además, los estímulos monetarios y fiscales sin precedentes limitarán las caídas. Aprovechemos la volatilidad que producirá el primer test para volver a cargar bolsa y crédito. Durará poco y hay que continuar invertido de cara al nuevo ciclo que está a punto de comenzar.
Joan Bonet Majó es Director de Estrategia de Mercados de Banca March.
Artículo publicado en La Vanguardia