El mito de la desglobalización
25 febrero 2024 Categoría: Tribunas opinión
Nadie duda ya de la elevada integración de nuestras economías y todos nos hemos acostumbrado a pedir una gran variedad de bienes de casi todas las partes del mundo que se nos entrega en un tiempo récord en nuestras casas. Sin embargo, tras décadas como uno de los motores del crecimiento mundial, la globalización parece estar en entredicho.
Desde 2010, el crecimiento del comercio internacional se ha reducido, y es menor que el avance del PIB mundial. El Brexit y el incremento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China primero, y más recientemente la pandemia y la invasión de Ucrania, mostraron las vulnerabilidades de nuestras cadenas de producción y la inestabilidad económica que pueden acarrear. La desglobalización y las mayores barreras comerciales parecen ahora palabras de moda, que sin duda estarán muy presentes en los próximos meses a medida que nos acerquemos a las elecciones de Estados Unidos.
Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
Con la previsible nominación de Trump como candidato Republicano, la guerra comercial con China ganará protagonismo. Pero este no es un tema que únicamente defiendan los Republicanos, sino que la Administración Biden ha tomado medidas en la misma dirección: con las cifras de 2023, las importaciones estadounidenses de productos chinos representaron solamente el 13,9% del total de sus compras exteriores, su nivel más bajo desde 2004. Unos datos que certificaron que, por primera vez en los últimos 20 años, China ha dejado de ser el principal exportador de bienes a EE.UU., posición que ahora ocupa México, que aglutinó más del 15% de las importaciones estadounidenses.
A pesar de estos datos, lo anecdótico es que, a su vez, México está incrementando sus importaciones desde China y varias empresas asiáticas están trasladando sus fábricas al país latinoamericano, en particular en el sector automovilístico, donde solamente el año pasado México ha importado desde China cerca de 9.000 M$ en componentes.
Unos datos que, más que señalar una verdadera desglobalización y la vuelta de la producción nacional, lo que sugieren es que estamos viendo una relocalización o acercamiento de las cadenas de suministro (“nearshoring”), pero, sobre todo, una búsqueda de una mayor diversificación y flexibilidad en las cadenas de producción.
Ahora bien, el análisis del comercio mundial no se limita a los bienes. Los servicios están ganando cada vez más relevancia: en los últimos 20 años, el valor del comercio internacional de servicios se ha multiplicado por 2,5, alcanzando los 7,5 billones de dólares y representando ahora un cuarto del total del comercio mundial. Una tendencia que seguirá impulsada por los avances tecnológicos y el mayor intercambio de datos que se espera, favorezca la integración de la Inteligencia Artificial en nuestros modelos de producción.
Los diversos “shocks” vividos en los últimos años traerán cambios al comercio internacional y llevarán a la globalización hacia una nueva dirección basada en una búsqueda de menor dependencia en los suministros, pero, sobre todo, más centrada en el intercambio de datos, servicios y conocimientos que en los bienes intermedios. Fuerzas que no conducen al fin de la globalización, sino más bien a una reconfiguración de las cadenas de valor.
Artículo publicado en La Vanguardia