El dragón vuelve a rugir
19 mayo 2024 Categoría: Tribunas opinión
Tras el sombrío comportamiento de los tres últimos años, donde la renta variable china perdió más de la mitad de su valor, algo comienza a cambiar. Sus bolsas registran una fulgurante recuperación y en el último mes se anotan subidas del +20%, adelantando al conjunto de bolsas mundiales que se revalorizan un +6% en el mismo periodo. En un contexto todavía marcado por tensiones geopolíticas y una crisis inmobiliaria interna sin resolver, ¿será este un verdadero cambio de tendencia?
Las incertidumbres que sobrevuelan la economía asiática son de sobra conocidas y no tienen una solución inmediata. El sector inmobiliario pesa más de un 20% del PIB y el exceso de viviendas en venta se estima que representa 5 años de la creación hogares promedio. Sin embargo, tras años de intentos fallidos, el gobierno de Pekín está acelerando las medidas de estabilización: acaba de anunciar una importante rebaja de la entrada obligatoria para la compra tanto de primera como segunda vivienda hasta mínimos históricos del 15% y 25%, respectivamente. Más importante aún, incentivará un programa de adquisición pública directa del exceso de viviendas. Medidas que recuerdan estímulos adoptados por EE.UU. o España en la crisis inmobiliaria del 2009.
Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
El otro talón de Aquiles proviene de las crecientes tensiones comerciales, donde esta misma semana Estados Unidos anunció un incremento de los aranceles a productos estratégicos chinos, como vehículos eléctricos, paneles solares o baterías de litio. Una clara muestra de intenciones en un año de elecciones presidenciales americanas, pero que en términos económicos serán manejables: los aranceles anunciados afectarán el 4,2% de las importaciones de EE.UU., pero solo al 0,53% de las exportaciones totales del país. Además, llegan en un momento en el cual China aglutina ya entre un 70%-80% de las exportaciones globales de paneles solares y baterías de litio, productos que seguirán disfrutando de una elevada demanda. Ahora bien, esta incertidumbre seguirá pesando dado que Europa, su principal destino exportador (aglutina el 15% del total), podría seguir pasos similares a los americanos.
A nivel empresarial, también se están registrando importantes cambios. Durante el año pasado y aprovechando sus bajas valoraciones, las compañías chinas han ampliado sus programas de recompras de acciones, que alcanzaron cifras récord. Unas actuaciones que se han visto refrendades en abril por el propio Consejo de Estado de China, que publicó una directriz para la mejora de los mercados de capitales, reforzando la supervisión, pero también incentivando una mejora de la remuneración al accionista a través del pago de mayores dividendos y con mejoras fiscales asociadas. Algo inusual en el gigante asiático y que deberá favorecer la vuelta de inversores internacionales a las bolsas de China.
El actual rally muestra bases más sólidas y, aunque los riesgos persisten, la economía se está estabilizando y las autoridades están finalmente adoptando estímulos más decididos, lo que terminará seduciendo a los inversores internacionales. Todo ello, en un contexto de valoraciones deprimidas – el múltiplo PER cotiza en 10x, lo que representa un descuento del 42% frente a las bolsas mundiales –. El dragón chino vuelve a rugir y, a pesar del fuerte repunte, consideramos que siguen existiendo atractivas oportunidades en las bolsas del gigante asiático.
Artículo publicado en ABC.