El dilema del dólar
15 diciembre 2024 Categoría: Tribunas opinión
Durante su campaña, Trump ha arremetido en varias ocasiones contra la apreciación del dólar y la “enorme” infravaloración del yuan chino. Al que culpa del gran déficit comercial con Estados Unidos y de “empobrecer” su industria.
Sin embargo, hace apenas unos días, el futuro presidente sorprendía a muchos saliendo ahora en defensa del billete verde y advirtiendo a los BRICS+ (el mayor foro de países emergentes y entre los que se encuentra China), que les impondrá aranceles del 100% si tratan de respaldar otra moneda que no sea el dólar. ¿Está realmente en riesgo la hegemonía del dólar o estará Trump buscando un acuerdo cambiario utilizando una vez más su particular forma de negociar?
En 2025 se cumplirán 40 años de los famosos acuerdos del Hotel Plaza, cuando Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, Japón y Reino Unido acordaron una depreciación coordinada del dólar. Coincidencias de la historia, este icónico hotel neoyorquino fue adquirido por el propio Trump, solo tres años después del acuerdo por la friolera de 407 millones (un récord para la época).
Paulo Gonçalves es Analista Senior de Estrategia de Mercados de Banca March
Curiosidades aparte, la capacidad de que una intervención sea efectiva en un mercado tan líquido y globalizado como el de divisas es ahora mucho más reducida que en los 80: el volumen de negociación diario supera los 7,5 billones diarios, siendo 47 veces superior al de aquel periodo.
Además, la “posible desdolarización” no parece una amenaza real ya que, aunque el peso del dólar en las reservas internacionales ha bajado 12 puntos porcentuales en el último cuarto de siglo, sigue aglutinando el 59% de las reservas totales, 3 veces por encima del euro, que le sigue a mucha distancia en segunda posición.
Asimismo, el dominio de una moneda no solo se debe a la confianza en que mantenga su valor a lo largo del tiempo, sino también a su dominio en el comercio y mercados financieros. En esto, el dólar tampoco tiene rival, dado que más del 60% del crédito interbancario y la mitad del comercio mundial es denominado en esta divisa. Unos datos que hacen poco creíbles estos “aparentes” temores y, más bien, llevan a pensar que la preocupación real es la apreciación acumulada en los últimos meses.
El debate está servido y el próximo año atravesaremos un equilibrio inestable, que se traducirá en un escenario de mayor volatilidad y hará que el dólar cotice en un rango amplio. Ahora bien, Trump ya ha dejado claro que no permitirá un fortalecimiento excesivo de su divisa y no debemos olvidarnos de que, en su primer año de mandato en 2017, el billete verde terminó depreciándose un 20% frente al euro y 14% frente a una canasta de las principales divisas (DXY).
Trump quiere un dólar global que permita continuar financiando su creciente deuda pública, pero un encarecimiento adicional de su divisa obstaculizaría su objetivo de reactivar la producción industrial nacional y dinamizar las exportaciones estadounidenses. Por tanto, para estas Navidades, el mejor regalo para el nuevo presidente será un dólar fuerte, pero no “más apreciado”.
Artículo publicado en La Vanguardia.